Pese a que el tribunal no definió su situación procesal, César Soto, la ex pareja de Paulina Lebbos, quedó más complicado luego de que se escucharan los testimonios de tres amigos y vecinos suyos en el marco de una nueva audiencia del juicio por el crimen de la estudiante. Pero, como viene sucediendo en el juicio, las declaraciones de tres testigos no fueron del todo claras y terminaron dejando más dudas.

Marcela Vanesa Arroyo, esposa de Roberto Díaz, confirmó que Paulina y su pareja almorzaron el 25 de febrero en su casa, a pesar de que Soto negó la existencia de ese encuentro. “Llegaron al mediodía y estuvieron hasta las 15 aproximadamente. Luego se retiraron”, explicó la mujer ante el tribunal.

“Antes de que se fuera habíamos acordado que Paulina vendría a nuestra casa entre las 21 y las 22 para tomar algo y jugar a las cartas. Ella lo esperaría allí a que César regresara de su trabajo, ya en la madrugada. Quedó en confirmármelo, pero no lo hizo”, destacó.

Soto, en su declaración, señaló que había acordado con la víctima que ella lo buscaría de su trabajo a las 6 y que de allí irían a la casa de Díaz, que viven en el departamento de arriba de sus padres. “Nunca nos juntamos a esa hora; sí podíamos quedarnos, pero era imposible que recién nos veamos a esa hora”, señaló, versión que fue confirmada por Díaz.

Jorge Giménez explicó que el sábado 25 no fue a trabajar porque había conseguido un permiso especial para concurrir a una fiesta en Burruyacu. “Fuimos con un amigo en moto”, dijo el testigo, descartando de plano la versión de Soto de que esa madrugada habían vuelto a juntos al edificio donde ambos vivían.

Además, dos de los tres testigos dijeron cuál fue la actitud que tuvo la ex pareja de Paulina luego de su desaparición. Giménez dijo que el domingo se presentó Alberto Lebbos para averiguar de Paulina porque estaba desaparecida y que después de haber salido del bar donde ambos trabajaban fueron a tomar una cerveza. Arroyo agregó que el 27 a la madrugada César se presentó en su casa para preguntar por Paulina. “Estaba muy tranquilo”, señaló.

Atlético, el club de sus amores, le terminó generando problemas a Soto. Él dijo que asistía al Monumental de 25 de Mayo y Chile con Díaz y Giménez, pero ellos desmintieron esa versión. El primero señaló que casi nunca fue y el otro, que iba por su cuenta al estadio. “César siempre se ponía en la tribuna de la calle Chile, donde está la barra”, destacó. La ex pareja de la víctima también había negado ser miembro de La Inimitable.

Contradicciones

Los testigos también cayeron en contradicciones que llamaron la atención de todas las partes. Por ejemplo, Arroyo dijo que varias veces Paulina se quedó a dormir en su casa. “En los Soto no tenían mucho lugar porque eran muchos, mientras que en la nuestra había dos cuartos desocupados. Ella lo hizo al menos una vez sola y la mayoría de las veces, con Soto”, comentó. Su pareja dio otra versión diferente. “De quedarse a dormir en nuestra casa, no, porque no había camas, pero sí se pudo haber recostado alguna madrugada”, declaró Díaz.

El matrimonio también se contradijo sobre el tema de los celulares. La mujer dijo que no tenía, pero su marido dijo que sí contaba con uno. Díaz, en la audiencia, señaló que él no vendió ningún celular de Soto, pero en la declaración que había brindado durante la instrucción del caso dijo que sí. “La verdad es que no recuerdo”, indicó. La ex pareja de la víctima había asegurado que él había vendido su teléfono días antes del crimen. “La verdad es que no sé si se lo vendí”, indicó.

Acoso

Giménez comenzó a dudar cuando el fiscal de Cámara, Carlos Saltor, lo comenzó a indagar sobre las llamadas telefónicas que realizó a la víctima el día que desapareció. “Éramos muy amigos y siempre la llamaba; no había nada extraño”, comentó. El interrogatorio siguió así:

- Saltor: ¿A usted le gustaba Paulina?

- Giménez: No.

- Saltor ¿Le resultaba provocativa por cómo se vestía?

- Giménez: Es cierto que se vestía con polleras cortitas y puperitas, pero en mí no provocaba nada.

- Saltor: ¿Acosaba a Paulina?

- Giménez: No, nada que ver. Éramos amigos.

Saltor, en ese mismo momento, logró que el tribunal lo autorizara a analizar una lista de llamadas telefónicas en la que queda demostrado que el 25 de febrero, desde el celular del padre de Giménez, él la llamó al menos cuatro veces en menos de cinco minutos. “Vuelvo a decir que con Paulina éramos amigos y siempre la llamaba”, insistió.

- Saltor: ¿Considera que Paulina bailaba de manera provocativa?

- Giménez: No sé, creo que bailaba normal.

Saltor volvió a leer una declaración previa donde el amigo de Soto aseguró que la manera de bailar la joven le generaba temor porque pensaba que podía generar problemas.

- Dante Ibáñez (presidente del tribunal): ¿Si Soto no se preocupaba por cómo bailaba ella, por qué lo haría usted?

- Giménez: Y puede ser porque alguien le podría decir algo y que eso derive en problemas.

Llamadas

El testigo volvió a tener problemas cuando después de negar conocer la localidad salteña de Aguaray, los fiscales le demostraron que desde el celular de su padre, Juan Pedro Giménez, se hicieron el 13 de enero de 2006 desde esa ciudad llamadas a los celulares de Paulina y de Soto. “No sé qué pudo haber pasado. Nunca estuve en esa ciudad”, comentó.

Saltor le consultó si podría haber sido su padre, camionero de profesión. “La verdad es que no puedo confirmarlo porque él trae hacienda viva de todos lados. No sé si ese fue un destino”, insistió. El fiscal le preguntó entonces si sabía si su padre podía haberla invitado a salir a Paulina. “No creo”, respondió. Hoy será interrogado por la querella y el resto de los defensores.

Las desmentidas 
Reunión.- Marcela Arroyo y Roberto Díaz confirmaron que el 25 de febrero almorzaron con Paulina y César Soto. El ex novio dijo que ese día no había estado con la víctima.
n Reunión II.- Arroyo comentó que habían acordado con la joven asesinada encontrarse en su casa entre las 21 y 22. Soto dijo que ellos tenían pensado concurrir a las 6.
n Fiesta.- Soto señaló que el 26 de febrero regresó a su casa con Jorge Giménez después de que cerraran el bar donde trabajaban. Sin embargo, este confirmó que ese día no se había presentado en su puesto porque participó de una fiesta en Burruyacu.
n Fútbol.- Giménez y Díaz desmintieron que hayan acompañado siempre a Soto al estadio de Atlético, como él señaló. El primero dijo que él iba solo y que la ex pareja de la víctima siempre se ubicaba en la tribuna de la calle Chile, donde se instala la barrra brava de Atlético, La Inimitable.


Las desmentidas 

Reunión.- Marcela Arroyo y Roberto Díaz confirmaron que el 25 de febrero almorzaron con Paulina y César Soto. El ex novio dijo que ese día no había estado con la víctima.
n Reunión II.- Arroyo comentó que habían acordado con la joven asesinada encontrarse en su casa entre las 21 y 22. Soto dijo que ellos tenían pensado concurrir a las 6.

Fiesta.- Soto señaló que el 26 de febrero regresó a su casa con Jorge Giménez después de que cerraran el bar donde trabajaban. Sin embargo, este confirmó que ese día no se había presentado en su puesto porque participó de una fiesta en Burruyacu.

Fútbol.- Giménez y Díaz desmintieron que hayan acompañado siempre a Soto al estadio de Atlético, como él señaló. El primero dijo que él iba solo y que la ex pareja de la víctima siempre se ubicaba en la tribuna de la calle Chile, donde se instala la barrra brava de Atlético, La Inimitable.